Los últimos vestigios del Dodo

Simpático animalillo el Dodo ¿no creeis?, que pena que nuestra raza los eliminase de la faz de la Tierra. Supongo que nuestros antepasados pensaron que no había espacio suficiente para los dos y temieron que, hordas de Dodos enfurecidos, les arrebataran la hégemonia planetaria que nos corresponde por mandato divino.
Bueno, en realidad no estoy aquí para hablaros de esa obsoleta forma de vida sino para recomendaros un disco que lleva como subtítulo el que podéis leer encabezando este post. El disco en cuestión "Bachelor Nº2 - The Last Remains Of The Dodo-" va a suponer el primer granito de arena para un cambio de rumbo en el blog, un viraje con una orientación totalmente gafapastera y snobilla.
El susodicho adalid de la revolución Iónica es un mágnifico álbum de Aimee Mann. No me digan que en un blog eminentemente misógino musicalmente (¿sólo musicalmente?), como es este, no es toda una declaración de principios incluir a una fémina para variar.
Bachelor Nº2 es una obra de orfebrería pop exquisita (¿todavía no había escrito esa magnífica expresión en ninguna reseña?). Melodías taciturnas y melancólicas en su mayoría, que es donde mejor se desenvuelve Aimee, hermosos coros y unos arreglos y orquestaciones que miran hacia los 60 son algunas de sus mejores bazas.
Es inevitable hablar de The Beatles como notable influencia (esos vientos de Callin In Quits) como también lo es hablar de otros pesos pesados en esto del POP con mayúsculas, los Zombies, cuya sombra se extiende hasta mucho más allá de lo que muchos podrían pensar.
Por supuesto, tampoco sería justo omitir a Burt Bucharach pues el disco destila una atmósfera cinematográfica que nos remite a la obra del afamado compositor (It Takes All Kinds es purito Bacharach) y, no en vano, varias de las canciones de este disco pertenecen a la banda sonora de "Magnolia" (esa película que será recordada como la única vez que Tom Cruise hizo, como siempre, de el mismo y le salió bien).
La verdad es que todo disco respira elegancia y clase, todo muy cuidado. Es un artefacto que puede gustar tanto a los aficionados al pop de los 60 como a advenedizos de la modernidad que no escuchan nada que sea anterior a 1999 (fecha de edición del disco).
Como aperitivo voy a poner un tutubo de la memorable escena de Magnolia en la que los personajes cantan Wise Up, canción, que si bien no está incluida en Bachelor Nº2, es bastante representativa de lo que se puede encontrar en el álbum.



Esto me recuerda que, otra de las influencias del disco es Elton John (sí, el Elton John de los 60) y que tiene un tema "Tiny Dancer" que en otra película "Casi Famosos" utilizan con similares propósitos lacrimógenos.



Con esto y un bizcocho... hasta la próxima bastardos. Quizá mi próxima entrega gafapastera sea el Killers de Iron Maiden quien sabe, quien sabe...