miércoles, marzo 28

The Black Keys - El Camino (2011)


Bueno, creo que ya toca hablar del disco de moda y ese no es otro que El Camino de The Black Keys. Muy pocas veces ocurre que los medios especializados (puramente rockeros), los mainstream y los indies se ponen de acuerdo a la hora de ensalzar una obra o una banda y eso es exactamente lo que ha ocurrido con The Black Keys.

A mí me empezaron a llamar la atención cuando Tighten Up de su anterior gran disco Brothers, explotó de manera brutal en los charts de USA. Me pareció un tanto curioso que una banda catalogada como blues rock llegase a los primeros puestos de las listas y decidí darles una oportunidad. Y si, me gustaron mucho, pero tampoco me hice un fan acérrimo. De hecho mi primer contacto con The Black Keys no fue estrictamente Brothers, sino la actuación de Dan Auerbach en horas vergonzosas hace unos cuantos “Azkenas”. No recuerdo casi el show, pero por lo menos estuvimos ahí (la mitad de Amorica) contemplando a una futura estrella del rock junto a unas (pocas) centenas de curiosos como nosotros.

Siendo una banda con una trayectoria ya un tanto amplia, era difícil que The Black Keys pudieran superar lo conseguido con Brothers, pero bajo mi punto de vista, este nuevo El Camino, ha supuesto una transformación perfecta que se adentra en otros estilos que casan más con mi gusto y que sin duda las han abierto las puertas del mainstream para arrasar ya definitivamente y no quedarse como el hype del momento. Como ejemplo no hay más que reseñar que después de patearse ediciones del Bonnaroo (el mejor festival del mundo, sin discusión alguna) han conseguido ser cabezas de Coachella y ya llenan pabellones en USA. Su próximo asalto a la gloria es una gira en la que se llevan a Arctic Monkeys como teloneros que promete ser increíble, ya que los Monkeys tienen que conquistar América y los Keys justificar su enorme éxito.

Centrándonos en El Camino, se hace evidente que The Black Keys se alejan completamente de la denominación de dúo blues rock para convertirse en una increíble banda de rock con tremenda influencia glam y soul, además del poso bluesy que siempre estará presente.


Lonely Boy: El tema que ha desbancado a Tighten Up del honor de ser el más popular de esta fantástica banda. Genial que haya calado tan bien en un país tan triste como el nuestro.

Y es que los dos singles que han sacado hasta el momento Lonely Boy y Gold On the Celing son unas piezas que podrían estar en cualquier álbum de T-Rex. La influencia de Marc Bolan es tan grande que incluso puede rozar el plagio (el tema que abría Brothers es una fotocopia de Mambo Sun). Pero no seré yo quien se queje, T-Rex es uno de los grupos de mi vida y adoro que en pleno 2012 los temas más escuchados sean de la escuela Bolan.

Everlasting Light, del anterior Brothers, clavadita a Mambo Sun de ese enorme disco llamado Electric Warrior. Curiosamente los dos temas abren los respectivos álbumes

Run Right Back conjuga perfectamente el blues con el glam de Bolan y se crea una canción sensacional, con un slide incisivo que gobierna el riff principal. Nova Baby sigue evocando al autor de Metal Guru con el desarrollo bluesy pertinente.


Gold On the Celing... en cualquier momento parece que Auerbach vaya a soltar un yeah! como los del maestro Bolan.

Y la influencia glam no acaba aquí, Sister podría ser un tema de Roxy Music, de hecho guarda cierto parecido en su faceta bailable con la legendaria Love Is The Drug, y Dan Auerbach utiliza un tono sofisticado y elegante como lo haría Brian Ferry.

El gran acierto de The Black Keys es que han sabido combinar perfectamente riffs sin artificios adictivos, con la sugerencia y sencillez del glam y el alma soul y blues que radica en la forma de cantar de Auerbach. No hay más que escuchar las melodías y arreglos de Dead & Gone para darse cuenta de esa influencia tan soul que hay en The Black Keys.

Los amantes del blues más puristas estarán encantados con un tema acústico y sentido como Little Black Submarine o con momentos más festivos como la animada Stop Stop.

En definitiva, un clásico de nuestra época con una mirada al pasado y una producción interesantísima a cargo de DangerMouse (Gnarls Barkley) que para ser un tipo que poco o nada tiene que ver con el mundo del rock ha sabido captar un equilibrio de estilos apabullante apto para los paladares más exigentes y a la vez abierto a todos los públicos sin hacer concesiones al mundo cibernético y artificial.


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